Desde que un futuro docente empieza la carrera de magisterio se le está hablando constantemente acerca de la importancia que tiene que la familia y la escuela actúen conjuntamente en la educación de sus hijos y mantengan una relación y comunicación adecuada.
La familia, como primer ámbito educativo de los niños, necesita reflexionar sobre sus pautas educativas y tomar conciencia de su papel en la educación de sus hijos.
Es cierto que el hecho de que la familia se involucre en la escuela puede perjudicar a los niños si los padres y los profesores no mantienen una buena relación, si no actúan correctamente, si no se respetan, no se escuchan o no son empáticos.
La mejor forma es crear un ambiente de tolerancia y respeto, escuchando las opiniones de ambas partes, compartiendo ideas y proponiendo soluciones conjuntas, es decir, lo mejor es que predomine la asertividad.
En el siguiente vídeo vamos a ver distintas situaciones de cómo afrontan un maestro y una madre un problema escolar, de tal forma que, con lo que acabo de explicar, vamos a ver qué es lo más apropiado.
El hecho de que los padres participen en la práctica educativa de sus hijos tiene una serie de repercusiones, como puedan ser las siguientes:
- Una mayor autoestima de los niños y niñas.
- Un mejor rendimiento escolar.
- Mejores relaciones padres/madres e hijos/hijas.
- Actitudes más positivas de los padres y madres hacia la escuela.
Los efectos repercuten incluso en el profesorado, ya que los padres y madres consideran que los más competentes son aquellos que trabajan con la familia (Pineault, 2001).
Las familias, actualmente, parecen más preocupadas que nunca por la escolarización de sus hijos, por sus resultados académicos, por la calidad de la enseñanza que reciben o por la calidad de los centros a los que acuden.
Finalmente, en el siguiente vídeo vamos a ver de forma resumida las razones por las que son importantes el vínculo entre la familia y la escuela.
Reflexión: como futura docente, gracias a estas clases he aprendido cómo debo de comportarme ante estas situaciones. Tanto los padres como los docentes deben buscar el bien de los alumnos, por ello, ambos deben reunir los requisitos adecuados para ello. Es de vital importancia establecer este vínculo, ya que, además, en la etapa infantil, el maestro es el mediador, ya que los alumnos no saben defenderse ni explicarse por sí solos, por lo que la familia recurrirá a menudo a los maestros.
Para finalizar, me gustaría citar la siguiente frase que resume todo lo explicado en esta entrada: "Familia y escuela, una alianza necesaria".
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